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La falsa ilusión del «Yo»

Para el budismo no existe un “yo” en si mismo. 

¿Pero que quiere decir que el “yo” (en si mismo) no existe?

Hay textos budistas que describen cómo la consciencia misma crea el mundo como un sueño, espejismo o ilusión. Sostiene que el yo es una ilusión. No es que crean que la consciencia no exista, lo que no existe en el budismo es la “conciencia individual”, el Yo fijo. Concepto Budista llamado: anattan.

Cuando indagamos en la cuestión del yo en la practica de la meditación. Descubrimos la amplitud del ser y del yo. Llevándonos a distinguir entre el “no yo” y el “verdadero yo”.

Se dice, que cuando Buda llegó a la iluminación, halló que no existimos como seres separados. Percibió como la tendencia humana es identificarse con un sentido limitado de la existencia. Descubrió como esta creencia de ser individual es una creencia ilusoria que nos ancla en el Samsara (en el sufrimiento) y nos aleja de la libertad y la vida plena en su totalidad. Lo describió como el proceso cíclico de la consciencia, que crea la identidad al entrar en la forma, la respuesta ante el contacto con los sentidos y luego apegarse a sentimientos, emociones, deseos, imágenes y acciones para crear un sentido del yo.

En las enseñanzas budistas, no se habla de los humanos como personas que existen en una forma fija. Los budistas argumentan que nada es constante, todo esta en constante cambio, todo cambia con el tiempo, todo es un flujo de conciencia constantemente cambiante. Y desde el punto de vista neurocientífico, el cuerpo y el cerebro también están en flujo constante. No hay nada que corresponda con la idea de que existe un ser inmutable.

El Budismo nos describe con una serie de 5 procesos cambiantes, lo que se conoce como: Skandha (los cinco agregados):

1 – Rūpa – Los procesos del cuerpo físico.

2 – Vedanā – Los procesos de los sentimientos y sensaciones

3- Samgñā – Los procesos de las percepciones y la memoria

4- Samskāra – Configuraciones mentales o estados, es la confección o Impulsos de la Voluntad

5- Vijñāna – El flujo de conciencia que los experimenta a todos.

Este constante movimiento dentro de el Skandha, genera insatisfacción o sufrimiento al no poder controlar como esos objetos percibidos aparecerán.

Describiendo como el sentido del “yo” surge cada vez que nos apegamos e identificamos con estos cinco agregados. Es decir, cada vez que nos apegamos a definirnos, cada vez que nos identificamos con nuestros deseos, con el papel de ser… cada vez que nos apegamos a estas falsas identidades, conformamos el yo, en si mismo, como el yo individual. Y sin embargo, no son nuestra verdadera identidad.

En el budismo se cree que el yo y todos los fenómenos que experimentamos desde este nodo de percepción (desde la separación) son ilusorios porque son impermanentes e interdependientes. La impermanencia es la ley de la temporalidad, todo cambia constantemente, por lo que es un error formar cualquier tipo de apego, especialmente al “yo” como tal.

Sólo de aquello que no cambia, que es eterno, podría decirse que es. La interdependencia es la red que une a todas las cosas y por lo tanto las ancla al ciclo de la ilusión. Una cosa que no tiene una sustancia independiente, que no puede establecerse más que a través de algo más, no puede decirse que es. Sólo hay una cosa que no depende de otra y eso es el todo, la existencia absoluta, y esta es, podríamos decir, la única realidad. La existencia absoluta no puede depender de otra cosa, puesto que todo lo otro es también la totalidad: la totalidad es unidad absoluta.

Los cristianos hablan de perder el “yo” en Dios, los taoístas y los hinduistas hablan de fundirse con un “Yo Verdadero” más allá de la identidad individual, los budistas hablan del “vacío y del no yo o la ausencia del yo”.

¿Pero a qué se refieren? ¿Que es el vacío?

El vacío no significa que las “cosas” no existan. La ausencia del yo tampoco significa que no existamos. Cuando se habla de vacío se refiere a la unicidad subyacente de la vida y a la fuente de energía que da origen a todas las formas de vida. Nuestro mundo y el sentido del “sí mismo” son un juego de modelos ilusorios. Cualquier identidad que podamos tomar es transitoria. La personas no somos, estamos de una forma concreta, apegados a uno o más de los 5 Skandha (los cinco agregados), que comentábamos antes.

La meditación profunda puede enseñar el sentido de la identidad.

Hay muchas formas de entender y comprender el vacío del yo. Cuando estamos en silencio, centrados, atentos, en conexión, podemos sentir como en realidad no poseemos, ni poseeremos nada de este mundo. Todas las cosas externas que podemos poseer, tan solo son “nuestras” por un periodo coto de tiempo. Al final todas las cosa, las personas, las ocupaciones: mueren, cambian o las perdemos.

Cuando llevamos nuestra atención a cualquier momento de la experiencia, descubrimos que tampoco la poseemos. Nos damos cuenta de que tampoco llamamos a nuestra pensamientos, ni los poseemos. En ocasiones quizás desearíamos que se detuvieran. Pero ellos llegan por si mismos, surgen y transcurren según su propia naturaleza.

Lo mismo ocurre con nuestros sentimientos y emociones, llegan pos si mismos, no podemos hacer llegar las emociones que deseamos, sino llegan por si solas, no las dirige nuestra consciencia, ni nuestros deseos. Los sentimientos llegan por si mismos y cambian según ciertas condiciones.

Toda experiencia surge del presente, hace su danza y desaparece. La experiencia surge sólo por un corto periodo de tiempo y en una cierta forma, después esta forma termina y es remplazada por una nueva forma, y así momento a momento. Todo está en constante cambio. Incluso nuestros puntos de vista cambian de un momento a otro, el sentido de nosotros mismos no es el mismo, en nuestra infancia, que en nuestra adolescencia o nuestra vejez.

La meditación profunda y la atención plena nos muestran el vacío. Dondequiera que nos fijemos encontramos una capa de solidez que se disuelve bajo nuestra atención.

“El mundo real está más allá de nuestros pensamientos e ideas; lo vemos a través de la red de nuestros deseos, dividido entre dolor y placer, bueno y malo, interno y externo. Para ver el universo como es uno tiene que situarse más allá de la red. No es difícil hacerlo porque la red está llena de agujeros.”

-Sri Nisargadatta-

A medida que nos abrimos al vacío, que ampliamos y expandimos nuestro corazón, la esencia… somos capaces de experimentar la interconexión, experimentando la unión con el todo y todas las cosas. Observando como cada experiencia y suceso los contiene todos.
-Sri Nisargadatta-

Cuando somos capazes de sentir esta interconexión y el vacío del que surge, encontramos liberación, paz, amor y compasión. Descubrir el vacío nos trae ligereza en el corazón y un amplio alivio que descansa en todas las cosas. 

El ser que pasa hacia el nirvana, a la iluminación, no pasa a la “aniquilación” total de su existencia, sino solamente a la aniquilación de su individualidad, descubriendo que tan solo es una ilusión.

Afirmación para la Unicidad con el Alma Superior

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Afirmación de Master Choa kok Sui, obtenida de su Libro “Meditaciones para la realización del Alma”

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