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¿Por​ qué repetimos los mismos errores?

La repetición es uno de los principales temas por los cuales los pacientes llegan a consulta.

Lo que se repite (síntomas físicos, actitudes, situaciones o relaciones…), es aquello que le sucedió en un periodo de su vida y se le vuelve a repetir, sin que sepa cómo salir de ese círculo.

Repetimos infancia. Esta repetición del «destino» es de origen inconsciente y surge en la niñez, en las primeras experiencias infantiles que fueron dolorosas, tristes, traumáticas. Estas primeras experiencias, que no han podido ser superadas y elaboradas de manera positiva, tienen como consecuencia que la persona las repita durante su vida adulta.

El sujeto repite en su vida actual, esas experiencias infantiles dolorosas. Entonces, de forma inconsciente y automática, “resuelve fallidamente” las situaciones actuales repitiendo la forma en que solucionó los problemas emocionales infantiles.

¿Es la repetición algo inevitable?

Desde la terapia vamos a indagar hasta llegar a “eso” que al sujeto le hace repetir. Vamos a buscar el origen del conflicto. Un análisis comienza para poder entender y elaborar el origen de sus angustias, lo que ocasiona su malestar y repetición.

Al entender las causas, el origen, no solo se alivian los síntomas, sino que accedemos a la posibilidad de romper con este ciclo de repeticiones, lo que en muchas ocasiones se confunde con “destino”. Dando la posibilidad de repetir de manera diferente, o al menos de una “versión mejorada” de la repetición. Esto implicaría poder salir de ese círculo compulsivo y del que no se tiene conciencia en principio, para pasar a ser conscientes de lo que uno elige, de lo que uno hace y de lo que uno desea.

Lo que sucede en la mayoría de las situaciones es que la persona no reconoce su nivel de responsabilidad (aunque sea algo inconsciente) en la repetición. Y suelen buscar una justificación o explicación externa a esta situación, dándole a la repetición un significado del tipo “karma o destino”, pudiendo considerar que se tratara de algo predeterminado, que no tiene nada que ver con uno mismo y de lo cual no se puede “huir”. Por lo que, la persona queda en una actitud de víctima frente al destino y la vida, creyendo que no puede hacer nada, no siendo consciente de que ella tiene responsabilidad en lo que le ocurre.

Como seres cocreadores de nuestra realidad y nuestra vida. Somos seres ilimitados. Y sí! El destino puede cambiar según nuestras elecciones del presente.

Una de las claves para salir de sea rueda, es entender la misión, la misión de esas repeticiones: que siempre tienen que ver con que podamos tomar consciencia de esa serie de repeticiones para decidir reparar, permitiéndome dejar ir algo pesado del pasado, con amor, desde el presente y el adulto. Eligiendo no repetir, no imitar más el pasado y abrirse libremente a lo nuevo.

Se dice que la primera vez que fallamos es un error, la segunda es una elección.
(Eso es válido siempre y cuando haya tomado consciencia, es decir, observado esa repetición o error). Y el procedimiento para la sanación siempre es el mismo:
Identificar, observar y rectificar. Si no observo lo identificado, no puedo rectificar y seguiré imitando el pasado.

Elige con responsabilidad de qué manera continuar. De esta manera, la repetición ya no formará necesariamente parte del menú de tu vida y de tus elecciones.

Hay una batalla ganada en las cosas que elegimos no repetir.

¡Espero que te haya gustado!

Con cariño,
Kira Rion

El resumen de la semana:

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