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Conoce los tipos de Apego y sus influencias en tu vida adulta

El apego es un vínculo emocional profundo que establecemos con las personas que nos rodean a lo largo de nuestra vida. Esta conexión nos proporciona confianza y seguridad, y también contribuye a procesos como la exploración y el aprendizaje, a fomentar la salud física y mental y a nuestro desarrollo social. Este es un aspecto clave en el mundo de las relaciones, ¿pero sabías que existen distintos tipos de apego? Sigue leyendo para conocerlos…

Según los psicoanalistas John Bowlby y Mary Ainsworth, los tipos de apego se definen en la infancia, y condicionan el comportamiento de un individuo adulto. En esta etapa vital el niño sitúa a sus progenitores o cuidadores como figuras principales de apego, y busca tenerles cerca para sentirse seguro y protegido. De esta manera, asegura un respaldo emocional que determina su relación con el entorno en ese preciso momento y en el futuro.

La Teoría del Apego desarrolla los distintos tipos valorando las características del vínculo en la niñez y asociándose directamente a su evolución posterior. Así, disponemos de las pistas necesarias para mantener aciertos en nuestras relaciones.

Las emociones son una parte importante de nuestra vida, y por eso es fundamental aprender a convivir con ellas. A constinuación te detallamos los diferentes tipos de apego 😉

TIPOS DE APEGO:

1- APEGO EVASICO O EVITATIVO:

Este tipo de apego se vincula a los adultos que tienen un cierto grado de dificultad para relacionarse íntimamente, tanto a nivel físico como emocional. Son personas a las que les cuesta expresar sus sentimientos y que suelen ser desconfiadas. Otro rasgo de su comportamiento es que son independientes y no muy sociables, más bien solitarias.

El desarrollo de un apego evitativo viene determinado por una infancia con cuidadores estrictos, emocionalmente distantes o ausentes en momentos importantes. Debido a estas circunstancias, no supieron dar una respuesta adecuada a algunas necesidades emocionales del bebé.

2- APEGO ANSIOSO O AMBIVALENTE

Las personas que actúan bajo lo que se considera como un apego ansioso o ambivalente se caracterizan por mostrar miedo al rechazo y a ser abandonados. Acostumbran a tener una baja autoestima y necesitan contar con la aprobación de los demás.

Según la Teoría del Apego, quienes han desarrollado este comportamiento provienen de una infancia marcada por cierta inestabilidad por parte de sus cuidadores. En ocasiones gozaban de un cariño excesivo, pero en otras recibían indiferencia, además de una falta de atención a las necesidades emocionales básicas.

3- APEGO DESORGANIZADO

El apego desorganizado se asocia a un trauma importante durante la infancia, que marca de manera destacada la manera de comportarse de una persona adulta. Esta situación deriva en relaciones inconsistentes y en una clara dificultad por confiar en los demás. El miedo al rechazo o el sufrimiento habitual de episodios de ansiedad también están ligados a este estilo de apego.

4- APEGO SEGURO

De todos los tipos de apego, es el más saludable. Se vincula a personas que durante la infancia recibieron apoyo y una estima capaz de cubrir todas sus necesidades emocionales, sintiéndose queridas, aceptadas y valoradas. Este vínculo da frutos muy positivos a largo plazo, y deriva en individuos independientes, seguros de sí mismos y fuertes emocionalmente, lo que les hace capaces de entablar relaciones sólidas, sanas y sin miedos infundados.

¿PODEMOS CAMBIAR NUESTRO TIPO DE APEGO?

Aunque requiere de un trabajo personal y emocional importante, los tipos de apego sí se pueden modificar, aspirando a consolidar más relaciones basadas en un apego seguro. Cabe destacar que no solo los vínculos en la infancia nos definen, ya que las relaciones en el camino hacia la madurez también pueden moldearnos de manera positiva. Teniendo en cuenta que todo suma, la conexión con parejas, amigos o compañeros de trabajo nos proporciona un valioso aprendizaje emocional.

Hay ciertas claves que debemos valorar de cara a establecer vínculos saludables, empezando por analizar qué tipo de relaciones tenemos en nuestro círculo cercano. También es decisivo identificar qué deseos y necesidades emocionales sentimos cuando conectamos con una persona, y cómo logramos que esa interacción nos otorgue confianza y seguridad individual.

Además de evaluar nuestros contactos con otros, también debemos repasar nuestra relación con nosotros mismos, e invertir en autoestima y autoconfianza. Recuerda que, si tienes dificultades en alguno de estos pasos, puedes solicitar la ayuda de un experto para analizar tu caso al detalle. De esta manera, obtendrás recomendaciones concretas y efectivas que podrás aplicar para mejorar tus relaciones sociales y personales.

Ahora ya conoces la teoría sobre los tipos de apego, así que te toca pasar a la práctica. Pon el foco sobre el apego seguro y márcate como objetivo establecer relaciones más saludables, que te llenen cada día de energía positiva.

Si sientes que necesitas más apoyo, que deseas hacer un cambio pero no te sientes capaz tu sola. Te acompaño en este camino de autodescubrimiento, para liberarte de tus creencias invalidantes y así te abras a un sin fin de posibilidades.

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