El praná o prāṇa es una palabra en sánscrito que significa en su esencia energía vital. Pero es mucho más. Es lo que nos mantiene vivos. Es mucho más que oxígeno. Es la razón de cada movimiento, de cada percepción; y también es la razón por la que nuestra sangre circula, y nuestro sistema digestivo funciona.

Prana lo es todo. Y por eso lo queremos fluyendo, siempre activo. Siempre vivo. Porque es la razón de vida.

Es un principio activo se manifiesta en todas las formas del mundo material, que anima las cosas vivas, que permite el movimiento, hace posibles la acción y que determina los procesos vitales. El Prana es la suma de las diferentes fuerzas de la naturaleza.

Podemos decir que las tres fuentes principales de Prana de las que nos nutrimos los seres humanos son: La tierra, los arboles y el sol.

Absorbemos el Prana gracias a nuestro cuerpo etérico. De la misma manera que nuestro cuerpo físico absorbe el oxígeno a través de los pulmones.

Es la fuerza sutil que hace evolucionar el universo, que contiene la inteligencia cósmica para generar transformación y llevarlo a su fin último. Se dice que el Prana guarda la realidad del universo.

Con la Sanación Pranica aprendemos a canalizar esta energía universal para equilibrar y sanar los sistemas energéticos del cuerpo. En la tradición china, por ejemplo, el equivalente del Prana es el Chi, el principio activo central para su medicina y artes marciales. A través de estas prácticas milenarias permitimos que el Prana fluya mejor, limpiando a la vez canales conductores, de congestiones o déficit de Prana (de energía vital). En estas prácticas la salud se considera el resultado de un equilibrio armonioso de las energías vitales (Prana) que hay dentro de nosotros.

Esta energía vital (Prana) la conocemos en otros idiomas como:

• Chi – para los Chinos
• Ki – para los Japoneses
• Esma – en Catalán

El Prana y los cuerpos energéticos.

El Prana da vitalidad y fuerza a nuestro cuerpo, ayuda a sosegar la mente y es esencial para elevar la conciencia. Para comprender los efectos energéticos y espirituales del manejo del Prana es necesario conocer la anatomía energética según esta antigua ciencia. La Sanción Prancia Consciente explica que además de nuestro cuerpo material, tenemos unos cuerpos sutiles, equivalente a nuestro ser más puramente espiritual.

El Prana conecta el cuerpo físico con nuestros cuerpos energéticos. Esta fuerza cósmica fluye en nuestro sistema energético a través de una serie de canales imperceptibles al ojo común, llamados Nadis. Los Nadis forman parte del cuerpo astral (que está conformado por cuatro “capas”, el cuerpo etéreo, cuerpo astral, el cuerpo emocional y cuerpo mental). Todo esto constituye nuestro sistema energético, al igual que los chakras (centros de fuerza vital), que se encargan de redistribuir el Prana desde estos centros energéticos al resto del cuerpo a través de los canales Nadis.

Los Nadis son canales estéricos por donde fluye la energía, penetrando de esta manera todas y cada una de las partes del cuerpo. Esos canales estarían distribuidos y entretejidos en todo el cuerpo, y a través de ellos, fluye la Energía Pránica.

El manejo de estas fuerzas sutiles del ser nos lleva a trascender la experiencia ordinaria y nos lleva a un plano superior de conciencia. Nos permite realizar el espíritu universal, es decir, alcanzar el estado de iluminación, que es nuestra esencia.

Prana es la totalidad de la energía del universo. A través del manejo del Prana podemos regular y revitalizar nuestro cuerpo en su totalidad (cuerpo etéreo, cuerpo astral, el cuerpo emocional y cuerpo mental), cuando nuestros cuerpos están bien alineados y limpios a nivel Pránico, podemos alcanzar la realización y estados de conciencia más elevados.

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